AAA Apariencia, Actitud y Argumento
Estamos claros en que la comunicación no sólo emplea palabras para transmitir un mensaje; sino que emplea diversos medios para llevar una idea que logre una reacción en el interlocutor.
En ese orden de ideas debemos identificar, que desde nuestras primeras acciones al nacer, llamamos la atención para lograr un objetivo. Ante la falencia de un lenguaje estructurado recurrimos a llorar para ser atendidos por mamá, ya sea por una incomodidad o necesidad; pero queremos lograr una reacción. Hasta nuestros actuales días, desde que despertamos, hacemos esfuerzos publicitarios que persuadan a un público: Pedirle algo a un amigo o familiar, conquistar del alguien, buscar un aumento de sueldo o una rebaja en una compra… Todas requieren de estrategias que incorporan retórica.
¿Pero cómo empezamos?
Primero, la Apariencia. Estamos de acuerdo en que para bien o para mal, a primera vista se nos juzga de acuerdo a cómo nos vemos, desde la ropa, el físico, el carro en el que andas o la casa en la que vives; esta sociedad juzga a priori, y lo que ve de salida es lo que le representa una primera imagen de ti.
Ah! Pero esa imagen no va sola. Hay un dicho: -” Aunque el mono se vista de seda, mono se queda”- Se refiere a que el simple adorno de una persona, no le hará lucir de mayor estatus pues es la Actitud lo que emana señales más creíbles de prestigio, confiabilidad y conocimiento; o de todo lo contrario. Segundo, está la actitud porque es la que no solo Proyecta una imagen, sino que predispone el terreno para lograr credibilidad.
Ahora, ni la Apariencia, ni la Actitud servirían de nada sin el Argumento, porque: ¿En qué queda un guapo y seguro caballero, o una preciosa y convencida dama sin una conversación coherente que le acompañe? Este es el oro al final del arco iris. El Argumento lo compone: El conocimiento profundo y análisis concienzudo de (entre más, mejor) diversos temas que le conviertan en una persona con fondo y no sólo en un llamativo cascarón sin principios, valores y modales.
Misma regla aplica para nuestros productos y servicios:
Apariencia: Podemos remitirnos a la etiqueta del producto, su empaque, exhibición, concepto publicitario, medios utilizados, estética y profesionalismo en toda pieza audiovisual.
Actitud: Me refiero entonces a la perspectiva; al ángulo desde donde se dará al mensaje, en la implementación de una campaña publicitaria. También el medio, que como bien lo decía Marshall McLuhan, distorsionará el mensaje sin importar con cuanta fidelidad pase de un medio a otro. Además, el desarrollo de estrategias de venta, siempre en conjunto con el equipo o departamento encargado.
Argumento: Esta es una de las razones más importantes de fracaso o éxito de su empresa! Si el producto o servicio realmente es o no, lo que muestra. Si logra no sólo convencer al público, sino mantenerlo interesado y fiel a comprar su marca, porque no le ha vendido una mentira a su cliente; sino que por el contrario, no deja de sorprenderle con sus beneficios y cada día reinventa sus productos y servicios con tal de estar a la vanguardia y poner a disposición de su público, más y mejores opciones que lo conserven consumiendo; comprando.
Las relaciones personales no difieren de las relaciones con los clientes, en su esfuerzo por mantener un lazo, o nexo que se conserve a perpetuidad, con un beneficio bilateral que haga sentir a ambos, complacidos y satisfechos.
De hecho, las relaciones con los clientes se parecen mucho a las relaciones de pareja: Primero conquistas y luego, a pesar de la rutina (que te compren siempre lo mismo o lleguen al mismo lugar) y de los problemas o discusiones que puedan surgir; debes mantener al otro interesado. Y ninguna objeción debe ser superior a los beneficios.
Mantener al cliente satisfecho no es una tarea fácil y no siempre va a ocurrir. El cliente no siempre tiene la razón y tampoco puede permitir que lo perjudique. Pero si con una idea clara de complacencia, atención personalizada, respeto, honestidad y calidad contínua, usted desarrolla sus estrategias y trata a su público; este se mantendrá fiel y no sólo continuará adquiriendo lo que usted ofrece, sino que replicará su experiencia con otros, generando una cadena de valor para su marca.
Es así pues, como puedo constatar (y por experiencia propia) que no sólo se trata de mostrar un elegante y bonito empaque, no sólo se trata de invitar y persuadir con una campaña o anuncio impactante y atractivo que genere curiosidad o deseo; sino que tras el anzuelo que pueden significar sus esfuerzos de mercadeo y publicidad, es imperativo tener suficientes respuestas a las demandas de su público y buscar dar siempre más, de lo que su público espera.